Las piñatas son un símbolo festivo que ha pasado de generación en generación. Han estado en nuestras celebraciones desde que tenemos memoria, pero… ¿alguna vez te has preguntado de dónde provienen? Hoy te compartimos su historia y cómo en Pinarma llevamos esa tradición a un nuevo nivel.

En el siglo XVI, los misioneros españoles trajeron la piñata a México como una herramienta para evangelizar. Usaron la forma de estrella de 7 picos, que representaban los 7 pecados capitales. Al romperla, simbolizaba vencer la tentación y ser recompensado con dulces (las virtudes). Sin embargo, los pueblos originarios ya tenían rituales similares. En las fiestas en honor a Huitzilopochtli, el dios de la guerra, se rompían vasijas decoradas y llenas de ofrendas. Con el tiempo, ambas tradiciones se fusionaron, dando origen a la piñata mexicana.

Las piñatas se convirtieron en una parte esencial de las posadas, cumpleaños, fiestas escolares y celebraciones familiares. Hoy en día, hay piñatas de todas las formas y personajes, pero muchas aún mantienen la clásica forma de estrella como símbolo de alegría y unión. Sin embargo, transportarlas, almacenarlas y conservarlas sin que se dañen puede ser un desafío… ¡hasta ahora!

En Pinarma, decidimos conservar la magia de las piñatas tradicionales, pero hacerlas más prácticas, modernas y fáciles de usar.